En este tercer trimestre los alumnos de infantil hemos desarrollado «El juego» como proyecto, ya que jugar no es solamente divertirse y moverse, sino que a través de él disfrutamos aprendiendo valores, normas de conducta, resolvemos conflictos, y desarrollamos nuevas facetas de nuestra personalidad.
El rastreo es muy importante dentro de la ciencia ya que permite recoger información del entorno en el que viven los animales, su actividad diaria, saber si están en peligro de extinción o si son una amenaza para otros.
Por eso, como a través de las huellas podemos reconocer la forma en la que se juegan, mueven, andan o saltan los animales, nosotros los leones hemos querido diseñar un circuito de juego con las huellas de las diferentes especies de animales, y con la ayuda de Patricia en las sesiones de alfabetización visual, hemos repartido y organizado las huellas en el espacio de cada porchada.
El circuito se puede recorrer desde el aula de 5 años hasta la porchada de 1 año. Es por eso que a los bebés de 1 y 2 años pensamos que lo mejor sería pintarles huellas de un oso, ya que son bebes y al gatear se asemejan a estos animales. Para el aula de 3 años, como son ranas, saltamos sobre nenúfares, y por último en el aula de 4 y 5 años, andamos sobre huellas de animales grandes y pequeños.
Los leones, en las sesiones de arte hemos aprendido a realizar dibujos de grandes mamíferos en dimensiones casi reales y posteriormente a emparejarlos con sus respectivas huellas.
Y… POR FIN una vez terminado, hemos colgado en la entrada del aula los resultados plásticos de este proceso tan especial.
Alumnos/as de 5 años.